Perdida de cabello con en COVID-19: Guía completa – Cómo detener la caída y recuperar un cabello sano y brillante
Imagina que un día te despiertas, pasas la mano por tu melena y notas algo extraño: demasiados cabellos en la almohada, en el cepillo, en la ducha… Te asusta, te confunde. Piensas: “¿Será normal? ¿Tendrá que ver con que pasé el COVID-19 hace unas semanas?”.
Esta guía es para ti. Aquí encontrarás toda la información clara y útil que necesitas para entender qué está pasando con tu cabello, cuándo mejorará y qué puedes hacer para acelerar la recuperación del cabello y volver a lucir un cabello sano y cabello brillante.
Prepárate, porque aunque el tema puede parecer preocupante, la buena noticia es que sí hay soluciones y esperanza.
Qué significa la perdida de cabello con en COVID-19
La perdida de cabello con en COVID-19 es uno de los efectos secundarios que muchas mujeres han notado después de haber superado la infección por el virus.
Se trata de un tipo de caída llamada efluvio telógeno, una condición en la que los folículos pilosos entran en una fase de reposo temporal y dejan de producir nuevos cabellos durante un tiempo.
Esto provoca una caída más abundante de lo normal, pero en la mayoría de los casos es reversible.
Durante la enfermedad o justo después, el cuerpo atraviesa una etapa de estrés físico y emocional: fiebre, inflamación, alteraciones hormonales, cambios en la alimentación o el sueño. Todos estos factores pueden alterar el ciclo natural del cabello, haciendo que se caiga antes de tiempo.
A veces, esta caída ocurre incluso si el COVID-19 fue leve. No es necesario haber estado hospitalizada para sufrir este efecto. Cada cuerpo reacciona de forma distinta, y el cabello es un reflejo muy sensible de nuestro estado interno.
Por qué ocurre la caída de cabello tras COVID-19
Cuando el organismo atraviesa una enfermedad viral importante como el COVID-19, concentra toda su energía en recuperarse y en defenderse. El cabello, al no ser esencial para la supervivencia, “pierde prioridad” temporalmente.
El cuerpo redirige los nutrientes y la energía hacia los órganos vitales, y los folículos capilares entran en una fase de reposo. Unos meses después, cuando esos cabellos reposados terminan su ciclo, se desprenden de golpe, lo que genera esa sensación de caída abundante.
Otros factores que influyen son:
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Estrés físico y emocional: el miedo, la ansiedad y la fatiga provocados por la enfermedad y el aislamiento influyen directamente en la salud capilar.
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Fiebre alta: eleva la temperatura del cuero cabelludo y puede alterar el funcionamiento de los folículos.
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Déficit nutricional: comer menos o de manera irregular durante la enfermedad puede provocar carencias de hierro, zinc o vitaminas.
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Inflamación sistémica: el virus puede generar microinflamaciones que afectan la raíz del cabello.
Todo esto explica por qué tantas mujeres, semanas después de haber pasado el COVID-19, empiezan a notar que su cabello se cae más de lo normal.
Cuándo aparece la caída y cuánto dura
En la mayoría de los casos, la perdida de cabello con en COVID-19 se manifiesta entre 2 y 3 meses después de la infección.
Es el tiempo que tarda el cabello en pasar de la fase de reposo a la de caída visible.
El proceso suele seguir este patrón:
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Primer mes después de la enfermedad: no se nota nada aún.
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Entre el segundo y el tercer mes: empieza la caída abundante.
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Entre el cuarto y el sexto mes: la caída disminuye progresivamente.
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Entre el sexto y el duodécimo mes: el cabello comienza a regenerarse, aparecen pelitos nuevos y vuelve el volumen.
En la mayoría de las mujeres, la caída dura entre 3 y 6 meses, y la recuperación del cabello completa puede llevar hasta un año.
Es importante saber que, aunque el proceso es lento, el cabello vuelve a crecer. No se trata de una pérdida permanente, sino temporal.
Cómo saber si tu caída está relacionada con el COVID-19
Hay varias señales que te ayudan a identificar si la causa puede ser la infección:
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Tuviste COVID-19 hace entre 1 y 4 meses.
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No habías notado caída antes.
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No hay zonas completamente calvas, sino una pérdida más generalizada.
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Notas más pelo en la ducha, la almohada o el cepillo.
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El cabello se siente más fino, débil o sin brillo.
Si cumples con estas características, lo más probable es que estés atravesando un efluvio telógeno post-COVID, un proceso completamente normal y reversible.
Factores que aumentan el riesgo
Aunque todas las personas pueden sufrir caída de cabello tras el COVID-19, las mujeres tienden a notarlo más, ya que suelen tener el cabello más largo y están más acostumbradas a observarlo con detalle.
Los principales factores que aumentan el riesgo son:
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Haber tenido una infección fuerte o fiebre prolongada.
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Haber pasado por un periodo de estrés emocional intenso.
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No alimentarse bien durante la enfermedad o en la recuperación.
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Tener antecedentes de caída de cabello o problemas hormonales.
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Haber perdido peso de forma repentina.
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No descansar lo suficiente o dormir mal.
Cada uno de estos factores puede debilitar los folículos capilares y prolongar el tiempo que tardan en recuperarse.
Cuándo se detiene la caída
Una de las preguntas más comunes es: ¿cuándo para la caída del cabello?
Por lo general, la caída comienza a disminuir de forma natural alrededor del cuarto o quinto mes después del inicio.
Cuando notes menos pelos al peinarte o ducharte, y observes pequeños cabellos nuevos creciendo, sabrás que el proceso de recuperación del cabello ha comenzado.
Sin embargo, si la caída persiste más de 6 meses, o si observas zonas sin pelo, es recomendable acudir a un dermatólogo o tricólogo. En raras ocasiones, la caída puede derivar en otro tipo de alopecia que requiere tratamiento específico.
Cómo recuperar un cabello sano y cabello brillante después del COVID-19
Aunque el cuerpo por sí solo suele revertir la caída, existen hábitos y cuidados que pueden acelerar la recuperación.
1. Alimentación equilibrada
El cabello necesita nutrientes para crecer fuerte y sano. Incluye en tu dieta:
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Proteínas de alta calidad (huevos, pescado, carne magra, legumbres).
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Frutas y verduras frescas, especialmente las ricas en vitamina C.
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Frutos secos y semillas, fuentes de zinc y omega 3.
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Alimentos ricos en hierro como espinacas o lentejas.
Si tu alimentación ha sido deficiente, considera consultar con un profesional de nutrición para evaluar si necesitas suplementos.
2. Control del estrés
El estrés es uno de los enemigos más potentes del cabello.
Practica actividades relajantes: meditación, yoga, caminar al aire libre, respirar profundo. Dormir bien también es clave para que el cuerpo se regenere correctamente.
Cuanto más relajado esté tu organismo, más rápido volverá a crecer el cabello.
3. Cuidados capilares adecuados
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Lava tu cabello con productos suaves, sin sulfatos agresivos.
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Evita lavarlo con agua demasiado caliente.
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No frotes con fuerza el cuero cabelludo: masajea suavemente con las yemas de los dedos.
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Seca con toalla de microfibra, sin frotar.
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Reduce el uso de planchas, secadores y rizadores durante la recuperación.
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Utiliza mascarillas nutritivas una o dos veces por semana.
Estos pequeños gestos ayudan a mantener un cabello sano y facilitan la regeneración del nuevo cabello.
4. Cuándo cortar el cabello
Muchas mujeres se preguntan: “¿Cuándo lo corto?”
La realidad es que cortar el cabello no detiene la caída, porque esta ocurre desde la raíz, no desde las puntas.
Sin embargo, sí puede ser beneficioso por varios motivos:
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Ayuda a eliminar las puntas abiertas y el aspecto apagado.
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Da sensación de mayor volumen y frescura.
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Facilita el peinado y reduce el quiebre.
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Mejora el ánimo y la confianza en una etapa donde el cambio físico puede afectar emocionalmente.
Por tanto, cortarlo no es obligatorio, pero puede ser una excelente decisión estética y emocional durante la recuperación.
5. Estimulación del cuero cabelludo
Masajear el cuero cabelludo mejora la circulación sanguínea y favorece el aporte de oxígeno y nutrientes a los folículos.
Puedes hacerlo con las yemas de los dedos durante unos minutos al día o al aplicar un aceite natural (como el de romero o argán).
Estos masajes ayudan a fortalecer la raíz y promueven el crecimiento de nuevos cabellos.
6. Tratamientos profesionales
Si deseas acelerar la recuperación del cabello, existen tratamientos complementarios que puedes consultar con un especialista:
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Terapia de luz LED.
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Mesoterapia capilar con vitaminas.
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Aplicación de plasma rico en plaquetas.
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Uso de lociones o tónicos fortificantes recomendados por dermatólogos.
No todos los casos los necesitan, pero pueden marcar la diferencia si la caída ha sido intensa o prolongada.
Qué evitar durante la recuperación
Para proteger tu cabello en esta etapa sensible, evita:
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Peinados demasiado ajustados que tiren del cuero cabelludo.
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Tintes o decoloraciones agresivas.
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Champús con sulfatos fuertes.
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Dietas restrictivas o ayunos sin control.
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Estrés constante o falta de sueño.
Recuerda: el cabello se regenera desde dentro. Si cuidas tu cuerpo, él cuidará de tu melena.
Mitos y verdades sobre la caída del cabello post-COVID
Mito 1: “Ya no me crecerá el pelo.”
Verdad: En la mayoría de los casos, el folículo no está dañado, solo en reposo. El pelo volverá a crecer.
Mito 2: “Solo las personas con COVID grave pierden el cabello.”
Verdad: Incluso quienes tuvieron síntomas leves pueden sufrir perdida de cabello con en COVID-19.
Mito 3: “Cortarlo detiene la caída.”
Verdad: No la detiene, pero mejora el aspecto y puede hacerte sentir mejor.
Mito 4: “Ya no tengo solución.”
Verdad: Sí la hay. Con paciencia, alimentación adecuada y cuidados correctos, el cabello se recupera completamente.
Cuándo acudir al dermatólogo
Consulta a un especialista si:
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La caída dura más de 6 meses.
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Notas zonas sin cabello o parches visibles.
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Aparecen picores intensos o descamación.
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Tu cabello sigue debilitado incluso después de mejorar tu alimentación y hábitos.
El dermatólogo podrá realizar un diagnóstico preciso y, si es necesario, recomendar tratamientos para acelerar la regeneración capilar.
Cómo acompañar la recuperación emocional
Perder el cabello no solo afecta físicamente, también emocionalmente. Para muchas mujeres, el pelo es símbolo de identidad, feminidad y confianza.
Por eso, es importante cuidar tu bienestar emocional durante este proceso:
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No te compares con otras personas: cada cuerpo se recupera a su ritmo.
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Evita mirarte al espejo con ansiedad; concéntrate en los avances, no en las pérdidas.
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Busca apoyo en familiares, amigos o profesionales.
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Celebra cada mejora: el brillo, los nuevos cabellos, la sensación de fuerza.
El equilibrio emocional también influye en tu salud capilar.
Recuperar la confianza frente al espejo
Cuando comiences a notar que la caída disminuye y los nuevos cabellos crecen, será momento de celebrar.
Tal vez tu melena aún no tenga el volumen de antes, pero verás cómo poco a poco el brillo regresa.
Recuerda que el cabello es un reflejo del bienestar interno: cuidar tu cuerpo, tu mente y tus emociones es la mejor inversión que puedes hacer para volver a lucir un cabello sano y cabello brillante.
Conclusión
La perdida de cabello con en COVID-19 es un proceso temporal que puede asustar, pero no significa que vayas a quedarte sin pelo.
Tu cabello necesita tiempo, descanso y cuidados adecuados para volver a crecer fuerte.
Sigue una alimentación rica en nutrientes, cuida tu mente, duerme bien, hidrátate y adopta rutinas capilares suaves.
Si lo haces, verás cómo la recuperación del cabello llega antes de lo que imaginas.
Y, sobre todo, recuerda que tu valor no está en la cantidad de cabello que tengas, sino en cómo te cuidas y cómo te sientes contigo misma.
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